SANTO DOMINGO,- Proveniente de una familia donde sus cinco hermanos lanzaron de manera profesional, Vladimir Pérez después de dejar su carrera como jugador, dedica su tiempo a sus funciones en el cuerpo técnico del bullpen de los Tigres del Licey.
Su hermanos Mélido, Darío, Carlos y Valerio continuaron los pasos en la pelota de su hermano mayor, Pascual (Cutá) ya fallecido, quien sería el primero de esta familia en pisar un estadio de manera profesional, y el que más méritos ha obtenido.
Sus hermanas Cándida y Porfiria optaron por jugar softbol, mientras su hermana Ivelisse no se inclinó hacia ninguna disciplina deportiva.
Pérez, quien todavía reside en su casa materna en su natal Nigua, fue firmado por los Filis de Filadelfia.
“Ahora lo que hay son peloteros jóvenes, que no dan la misma armonía que los peloteros de antes, no tramiten el mismo ánimo a sus compañeros que antes, la pelota de ahora es más muerta que los 80 y 90”, reveló.
“Trabajo con los pitchers, porque me gusta estar observando y aprendiendo. Jugué durante 24 temporadas con el Licey ”.
A sus 46 años, cuenta que ha visto a pasar mucho talento por los torneos invernales, y ha sentido que la familia del béisbol es solidaria, y siempre se busca entre sí.
Vladimir está entrenando varios prospectos con fines de firma y, además, confesó que unos de sus hobbies es la crianza de gallos.
“Yo creo que puedo ser un coach de picheo y también como mánager, pienso que tengo los méritos suficientes ”, señaló Pérez sobre sus futuras aspiraciones.
Fue uno de los relevistas azules con más juegos ganados, y también implantó un récord de partidos inaugurales ganados de manera consecutiva, con 14.
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