Un vínculo eterno

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MIAMI, Florida,-La fantasía superó a la realidad en el hogar de los Solano. Allá, en Barranquilla, de niños Jhonatan y Donovan soñaban con la posibilidad de jugar en las Grandes Ligas. Su deseo iba más allá. Anhelaban, los dos pequeños, hacerlo juntos, porque en ambos habitaba el amor por el béisbol.

“Siempre hablábamos de eso cuando niños, pero cuando pasa el tiempo te das cuenta que eso no es así de fácil”, recordó Jhonatan.

Y no fue fácil, pero sí posible.

Jhonatan y Donovan se convirtieron en Grandes Ligas, una rareza en Colombia, un país que ha dado sólo 15 peloteros que han llegado al máximo nivel. Este año además se convirtieron en la primera pareja de hermanos en la historia de los Marlins de Miami.

“Imagínate, nuestros padres están muy contentos y nuestras esposas también. Estamos siempre juntos, para arriba y para abajo. Muy contentos de poder compartir”, dijo Donovan.

Jhonatan y Donovan llegaron al mundo del béisbol de la mano de su padre, Luis, quien jugó en Colombia, aunque nunca como profesional. “Se lesionó y dejó la pelota, pero siempre nos llevó y nos inculcó el béisbol. Desde que tengo uso de razón, siempre estábamos jugando béisbol. Con lo que sea, bolitas de periódico, pelotas con teipe, chapas de refresco, pegándole con palos de escoba”, recordó Donovan, el menor, y quien sin embargo, fue el primero en firmar para el béisbol profesional.

Momento de felicidad

Los hermanos se convirtieron en peloteros profesionales en 2005, después de que firmara Donovan con los Cardenales de San Luis y poco después Jhonatan con los Nacionales de Washington. El viejo anhelo estaba más cerca.

“Fue tremendo para nuestra casa porque nos hizo recordar cuando mi papá nos sentó un día y nos dijo que porque no tratábamos de ser profesionales jugando béisbol. Nos gustó esa idea. Él fue el pionero del sueño que tuvimos”, apuntó Jhonatan.

Siete años después se cumplió otro paso cuando el mayor llegó a la gran carpa en una fecha especial, el 12 de mayo, ya que ese día le tocaba enfrentar a Donovan, quien estaba con los Marlins de Miami.

Jhonatan, catcher, se mantuvo con los Nacionales hasta el año pasado y durante el receso de campaña pasado, los Marlins mostraron interés en él y a partir de ahí se hizo posible el sueño de los hermanos y de la familia.

“El abogado de nosotros nos comunicó que los Marlins lo habían firmado. Fue una bendición”, dijo Donovan.

Más unidos que nunca

Jhonatan y Donovan ya habían estado juntos en la pelota profesional, en su natal Colombia, cuando integraron al equipo de Caimanes de Barranquilla.

“No nos habíamos casado y vivíamos en el mismo cuarto. Nos íbamos al estadio juntos, y nos devolvíamos a casa juntos”, evocó Jhonatan. “Aquello fueron siete años, y ahora estamos aquí otra vez, con el locker mío al lado del de él. De verdad que uno hay palabras para describir esto. Es una bendición”.

Por LUIS E. RANGEL

lrangel@diariolasamericas.com

@luirangel

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