A pesar de que Dominicana/Escogido ganó, sin duda alguna que SDQ-2012 ha sido la Serie del Caribe más criticada y la que más preocupación ha causado en toda la historia de este evento anual.
Aparte de los detallitos ya expuestos por nosotros sobre la bandera de México, los baños y la animación poco profesional de los manejadores de la bocina interna del estadio, tres aspectos mayores llaman la atención y son tema obligado de todas las columnas deportivas:
1. LA CALIDAD.-
En este aspecto no hay mucho que hacer salvo esperar que aparezca entre los dirigentes de las ligas del Caribe uno que se ponga los pantalones de un Duarte, un Luperón, un Simón Bolivar, un Benito Juárez o un Hostos y exija sus derechos ante algún nacional de su nivel nacido al norte del Río Bravo, un gringo con poder que los entienda, lo cual descarta a Johnson, Nixon y los dos Bush, padre e hijo, dejando el campo abierto solo para un George Washington. Y es que mientras el famoso “Winter League Agreement” no sea otra cosa sino “un contrato de adhesión” entre las ligas del Caribe y el MLB, nuestro beisbol continuará siendo de categoría A- en lugar del AAA+ de la época de Rico Carty, Tony Armas, Tany Pérez, Fernando Valenzuela, Manuel Mota, José Rijo, Pedro Borbón, Jesús Alou, Bernie Williams, Ivàn Rodrìguez y muchas otras estrellas del beisbol tanto en dólares como en pesos, bolívares o cualquier otra moneda caribeña, al igual que verdaderos refuerzos como Reggie Jackson, Steve Garvey, Steve Yeager, Mike Scioscia, Willie Stargell, Orel Hershisher y otras muchas estrellas que ya no vemos en nuestros cielos.
2. LOS PRECIOS.-
En este aspecto no creo que haya mucho por hacer. Los costos del montaje del evento son en dólares: tickets aéreos, habitaciones de hotel, salarios de jugadores, premios a los equipos ganadores, etc., lo cual parece justificar que los precios de las taquillas sean dolarizados.
El año pasado en Mayagüez, a pesar de que la serie fue mucho menos vistosa que la recién pasada, los precios de las boletas de acceso al estadio eran del mismo orden que las de Santo Domingo 2012.- Por nuestro lado, pero eso es algo muy particular, mi hermano/sobrino residente en Mayagüez sacó provecho de nuestra condición de “senior citizens”, ciudadanos mayores de 62 años, y obtuvo por los canales regulares taquillas a mitad de precio.- Desafortunadamente en nuestro país los “viejos” somos considerados como unos “callitos” para la sociedad.
Particularmente pensamos que, si bien los precios se corresponden con los costos, los mismos están muy elevados para la calidad del espectáculo. Resuelto el problema de la calidad, los estadios se llenarán aunque los precios sean los mismos y hasta mayores.
3. EL FORMATO.-
En este aspecto, Santo Domingo 2012 demostró que es necesario innovar, hacer reingeniería, usar la creatividad. Particularmente, tenemos una propuesta:
a. Extender la serie a siete (7) fechas, para jugar una semifinal y una final en la séptima.
b. Al final de los seis juegos regulares, el equipo que quede en primer lugar clasificarà para el juego final.
c. Los equipos que queden en segundo y tercero clasificaràn para un juego de semifinal a primera hora de la séptima fecha, y el ganador discutirà a segunda hora el título de campeón con el sembrado en primer lugar.
d. De esa manera solo quedaría fuera de competencia al final de la sexta fecha el equipo que ocupe la última posición manteniéndose el interés durante todo el evento.
Todavía existe la posibilidad de que el cuarto equipo se quede muy lejos de los otros tres y que el primero, para la quinta o sexta fecha ya lo tenga todo asegurado, como sucedió con Dominicana en este mismo año. Para evitar que resulte de igual importancia quedar en segundo como quedar en tercero, se podría hacer un pequeño ajuste al formato anterior:
e. Si la distancia entre el segundo y el tercer puestos es de 2 o más juegos, el tercero quedaría descartado y pasarían a la final el primero y el segundo.
f. Si en cambio, esa distancia es menor de 2 juegos, el segundo y el tercero jugarían el partido de semifinal indicado en c.-
Creemos que el formato planteado es factible y garantiza el interés y el esfuerzo de todos los equipos a lo largo de toda la serie. Su ùinico costo esun dìa màs de gastos de hotel, equilibrados por los ingresos que generarìan dos juegos adicionales. Dividir la serie de seis juegos en dos rondas de tres, como se ha planteado, no garantiza que el triunfador sea el equipo mejor ni el más consistente, como sí lo garantiza el formato que planteamos.
Esperemos a ver.
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