Por DiMaggio Abreu P
Prensa@licey.com
SANTO DOMINGO (Licey.com).- Bienestar, agradecimiento y orgullo en grado superlativo; inspiración y aprendizaje son sensaciones que experimenta el prospecto Sergio Alcántara en su primera experiencia en un entrenamiento primaveral de Grandes Ligas.
Con uniforme de los Tigres de Detroit en la pretemporada, el campocorto también pasó revista a su experiencia en sus dos primeras campañas en el béisbol invernal con los Tigres del Licey y el significado de haber jugado con su tío Anderson Hernández.
“Me siento súper bien y agradecido de Dios por estar en mi primer ‘spring training’ con Detroit, me siento súper agradecido, súper orgulloso de estar con estos veteranos como (el venezolano) Miguel Cabrera, como (el cubano) José Iglesias”, le dijo Sergio a Enrique Rojas en entrevista transmitida por el programa “Grandes en los Deportes” que se escuacha en Escandalo 102.5 FM.
“Cuando los veo jugando me inspiro y aprendo muchas cosas y esas cositas que voy aprendiendo de ellos, las guardo y trato de que las cosas me salgan como les salen a ellos”, dice Alcántara sobre su accionar al lado de los estelares de la plantilla mayor de los Tigres de Grandes Ligas.
Sergio Alcántara, con 21 años, está consciente de que todavía no es su turno de quedarse con el equipo mayor y aunque no le han confirmado su destino en las menores para esta temporada de 2018, cree que sería al nivel Doble A.
El capitalino habló de sus dos primeras campañas con el Licey, la primera con menos de 20 años, y de haber disputado dos finales seguidas con definición en el partido extremo, en un béisbol tan fuerte como el invernal dominicano.
“Me siento súper orgulloso, ya que desde ‘chiquito’ siempre quise jugar con los Tigres del Licey, de estar en una final y ganar un campeonato y tener un anillo del Licey. Gracias porque me dieron la oportunidad en mi primer año, en 2016-2017”, dijo.
“En el año que pasó también fuimos a la final, luchamos, luchamos, luchamos, pero Dios le dio la victoria a las Águilas Cibaeñas”, acotó respecto a su segundo torneo invernal, en ambos convertido en el torpedero estelar y también figura en el aspecto ofensivo.
Estuvo de acuerdo con el entrevistador, en que en sus deseos de infancia de jugar con el Licey pensaba que ya su tío Anderson Hernández estaría retirado, pero en los dos pudo actuar junto a él.
Apunta que sus anhelos infantiles nacieron de ver a Anderson por televisión jugar con los felinos, que desde los diez u 11 años lo llevaba al estadio Quisqueya y lo veía practicar junto Erick Aybar y Emilio Bonifacio, con los que también compartió roles.
“De verdad, vengo creciendo con eso (de jugar) con los Tigres del Licey desde ‘chiquitico’ y me siento súper orgulloso de jugar con él, jugar haciendo combinación, él en segunda base y yo en el shortstop y me siento muy orgulloso por eso”.
También habló del significado para su posible futuro en Grandes Ligas, el haber participado en la Liga invernal dominicana. Aseguró que algunos criollos de las mayores han dicho que la liga de su país es más fuerte que la Mayor de Estados Unidos, por la presión de una fanaticada muy exigente, que les gritan cosas a los jugadores.
Admite que las cosas que vocean los fanáticos de la liga invernal provoca ‘nervios’ en los jugadores, “pero es cuestión de tratar de olvidarte de los fanáticos y ponerte en tu pelota para que no te desenfoquen”.
Reitera su orgullo de jugar en la pelota dominicana, porque “uno aprende muchísimo”, jugando con muchos jugadores veteranos y enfrentando lanzadores de Grandes Ligas.