DUNEDIN, Florida (Licey.com).- El veterano lanzador Ramón Ortiz batalla, rodeado de compatriotas, en espera de una oportunidad de recalar a las Grandes Ligas, y cree que las cosas les van funcionando.
“Estoy trabajando en la localización en las esquinas de mi recta y el cambio, me han estado funcionando bastante bien y sigo trabajando fuerte esperando una oportunidad”, refirió el “Barbero de Cotuí” en Dunedin, centro de entrenamientos primaverales de los Azujelos de Toronto.
Por el momento, Ramón dice sentirse positivo, trabajando fuerte con el resto de sus compañeros dominicanos, “esperando que Dios haga la obra” y tener buenas noticias al final de la pretemporada.
Ortiz observa a unos Blue Jays con buen staff de pitcheo abridor y relevista, por lo que cree que “muchas cosas lindas van a pasar este año en este equipo”.
En ese estado de ánimo, muy positivo, lo encontró la comitiva de los Tigres del Licey que encabeza el gerente general Manny Acta, para hacer contacto y dar apoyo los jugadores de la franquicia del béisbol invernal por los campos de entrenamiento de Florida y Arizona.
“El equipo se ve contento, alegre. Eso es muy positivo en un equipo de béisbol, porque cuando un equipo se ve unido, muchas cosas positivas y bellas pasan en el terreno de juego”, pronosticó el derecho que en mayo cumple 40 años.
Aseguró que se lleva bastante bien con el grupo de dominicanos presentes en el conjunto canadiense de la División Este de la Liga Americana, en el que los criollos serán la columna vertebral ofensiva en la nueva temporada, encabezados por los cañoneros José Bautista y Edwin Encarnación, a quienes se unieron en la temporada muerta el parador corto José Reyes y el polivalente Emilio Bonifacio.
“Tú sabes cómo somos los dominicanos, que donde llegamos nos llevamos bastante bien, compartiendo todos los días, riéndonos, gozando y primeramente hablando de Dios por la mañana”, dijo un Ortiz que abrazó la fe cristiana y agradece al Altísimo la nueva oportunidad de estar en un entrenamiento de Grandes Ligas.
Ortiz se siente como “cabeza” del grupo de dominicanos en el campo primaveral de los canadienses, claro, en cuanto a la prédica religiosa.
“Soy como la cabecilla de todos ellos. He sido como un vaso de bendición para ellos. Dios me trajo aquí para hablarle de su palabra y le diy gracias al Señor, porque aun siendo pelotero profesional, puedo predicar la palabra…”, alegó.
Por Alexander Gòmez
Staff Licey.com