SANTO DOMINGO (Licey.com).- El versátil Yermín Mercedes entiende que para tener éxito en el béisbol primero tiene que confiar en sí mismo para que los demás puedan confiar en él.
“Desde que comencé a jugar al béisbol he tenido confianza en mí para que todos sigan confiando también en mí. Siempre es importante dar una buena impresión” dijo al ser entrevistado para la Antesala Azul por Roosevelt Comarazamy Jr.
El nativo de La Romana ha aprovechado el tiempo que le ha brindado el dirigente Lino Rivera tanto en la ofensiva como en la defensa detrás del plato. En 4 partidos tiene un promedio de bateo de .455 (11-5) con un doble, una empujada y dos bases robadas.
“Cuando tengo dos strikes me concentro bien en los lanzadores, sé cuales pitcheos vienen o cuales no. Es una virtud que he tenido desde pequeño”, agrega el jugador que tiene las habilidades para ver acción también en la primera y la tercera base.
En el verano estuvo de regreso al béisbol organizado de los Estados Unidos y en la clase A de los Orioles de Baltimore bateó para .272 con ocho cuadrangulares y 42 remolcadas en 64 partidos. Anotó 33 veces con 16 dobles, dos triples, 11 bases por bolas y 41 ponches. Se estafó una base.
“Estuve como receptor en las menores, pero tengo las habilidades para jugar también en la primera y en la tercera base. El año pasado debuté con el Licey como tercera base”, añade el bateador derecho de 5-11 de estatura, 175 libras y 22 años.
Firmado originalmente por los Nacionales de Washington fue dejado libre luego de tres temporadas. Tras un viaje por las ligas independientes en el 2014 fue “rescatado” por los Orioles de Baltimore para la estación de este año.
“Aquí en mi primer verano tuve un promedio de bateo de .302, viaje a Estados Unidos, regresé y conecté para .327 en el verano siguiente, pero cuando viajé de nuevo me dijeron que no había chance para mí, que tenían a otros para darle la oportunidad y luego me dejaron libre”, dice Mercedes.
Indica que sus condiciones para jugar al béisbol las ha tenido desde que es un niño y que las desarrolló gracias a la ayuda de su abuelo –reconocido como un gran jugador de softbol en La Romana- y de su padre que siempre lo llevaba al estadio y lo ponía a batear.
“Estoy contento con que el dirigente y la directiva me hayan tomado en cuenta. Desde el primer día de los entrenamientos he estado en comunicación con Maya (Yunesky quien lo pidió para que le recibiera) y otros lanzadores y hemos logrado una gran confianza entre nosotros”, agregó.
Por Alex Rodriguez