Manny Aybar: La comunicación fue clave en el éxito del bullpen

SANTO DOMINGO (Licey.com).- Uno de los aspectos fundamentales en el éxito de los Tigres del Licey, Campeones Nacionales y del Caribe en la temporada otoño-invernal 2022-23, fue la labor realizada por el cuerpo de lanzadores relevistas.

Al frente del mismo, debutando en sus labores de coach de bullpen, estuvo un sangre azul, liceísta de siempre, el expitcher estelar Manny Aybar, quien fue protagonista de un reciente podcast en el cual respondió preguntas de Ildefonso Ureña y Sammy Cabral.

Y cuestionado en ese sentido tuvo una sola palabra para describir el porqué de la gran labor ejecutada por los relevistas azules: la comunicación.

«Audo (Vicente, el gerente general) me dijo que quería hacer una reestructuración, tener a algún doliente del Licey que ayudara a evitar que los problemas pasaran del bullpen al dogout y viceversa. La clave fue tener mucha química y comunicación con los muchachos. Prepararlos física y mentalmente. Que dejaran sus asuntos personales en casa, que no estuvieron todo el tiempo pendientes del celular», reveló Aybar en su amena conversación.

Aybar está colocado entre los mejores en partidos ganados (noveno con 24) y ponches propinados (sexto con 263) en la lista de los más destacados de por vida en serie regular con el uniforme azul.

Elogió la labor realizada por Jonathan Aro, así como por el cerrador Jairo Asencio.

«Aro realizó un tremendo trabajo. El partido no se gana solo en el noveno, a veces puede ser en el quinto. Aro entraba en el momento del calor, en el cual o te salvas o te mueres. Creo que las únicas veces que le anotaron carreras fue cuando entró con las bases vacías», agregó el entrenador.

De Jairo destacó su calma para hacer el trabajo en el noveno inning, sin importar si permitía que algún bateador se embasara por hit o por base por bolas.

Aunque no se definió contrario a utilización de las herramientas de la sabermetría en el béisbol le atribuyó un 30 por ciento en el éxito de un equipo ya que, según su criterio, lo principal es «hacer las cosas pequeñas».

Recordó que fue el hacer las jugadas correctas y jugar con los fundamentos lo que le permitió a equipos de los Tigres que lucían en el papel inferiores a sus rivales superar a las poderosas versiones de los Leones del Escogido (1998-99, El Equipito) y de las Águilas Cibaeñas (2001-02, El Tulilazo).

«Los muchachos jóvenes deben cuidarse, a pesar de que ahora hay mucha vigilancia, y respetar sus organizaciones», dijo el lanzador que perteneció a siete equipos en ocho temporadas en las Grandes Ligas.

Dijo que tiene especiales memorias de sus años con los Tigres, cuando le apodaron «La Lotería» ya que sus asignaciones como pitcher abridor casi siempre se producían los domingos en el estadio Quisqueya.

Contó además varias anécdotas de su paso por la liga otoño-invernal y las Ligas Mayores y resaltó su respeto por hombres como Dave Duncan, coach de pitcheo de la época con los Cardenales de San Luis, para quienes lo firmó Roberto Peña, y Dusty Baker, su manager con los Gigantes de San Francisco que se quedaron a una victoria de ganar la Serie Mundial en el 2002.

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