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Bienvenido a tu casa y al trabajo que sabes hacer, José Offerman.
Al leer los muchos artículos que provocó el justo levantamiento de la sanción impuesta por la LIDOM en el 2010 a José Offerman, dominicano de color oscuro, por el match sostenido cerca del home plate del Quisqueya con el árbitro principal de la noche de apellido Reyburn, gringo y rubio, vinieron a mi mente varios episodios que mi afición por el beisbol me ha permitido presenciar en vivo y directo. Me concentraré en uno en particular para no cansarles.
No puedo precisar exactamente el año pero sí la década, los años 70, década durante la cual yo vivía y trabajaba en Santiago y asistía al Estadio Cibao “forrao de azul” por todas partes. Durante esos 10 años no hubo para nadie sino para Licey y Águilas: 5 títulos para cada equipo.
En un juego de la serie final L-AC, con las Águilas a la ofensiva, el árbitro de segunda base decretó out a un corredor aguilucho, se armó una discusión y a los pocos minutos varios jugadores de las Águilas derribaron y agredieron a dicho árbitro a base de trompadas y patadas aún estando en el suelo. Por respeto, solo voy a identificar a esos jugadores por sus iniciales para que ustedes traten de identificar sus nombres: Miguel Diloné, Victor Ramírez, Alberto Louis y Omar Moreno.
Saben ustedes lo que hizo la LIDOM? Los suspendió por 3 juegos contados a partir del inicio de la temporada siguiente a fin de “no perjudicar al equipo de las Águilas Cibaeñas durante la serie final”.
Anjá. Y entonces?
A Offerman la LIDOM lo suspendió por tiempo indefinido, con efectividad al día siguiente, por haber intentado darle un trompón al árbitro principal, trompón que el árbitro pudo esquivar completando el round con una tirada al suelo de espaldas seguida de una excelente actuación de jugador de fútbol soccer cuando busca una falta para un jugador contrario que estaba cerca de él con la bola en juego. Estoy seguro que todos han visto muchas de estas excelentes actuaciones dignas de ser ganadoras de premios Oscar.
Y por qué Offerman tiró una trompada al árbitro Reyburn? Los que estamos en las gradas de lo que sucede en el terreno solo vemos el lenguaje corporal pero no escuchamos el lenguaje verbal. Aparentemente el rubio árbitro le lanzó varias frases cargadas de racismo al oscuro Offerman. Digo aparentemente porque yo no las escuché aunque lo he leído muchas veces.
Saben qué? Ojalá que algún día se coloque en las cuatro bases micrófonos de alta sensibilidad que permitan a los fanáticos conocer el audio que corresponde al lenguaje corporal del cual son testigos.
Consistente la LIDOM de los 70s con la del 2010, no?
Hablando de inconsistencias y apuntalando el hecho cierto de que la LIDOM siempre ha tenido mano dura para el Licey, con o sin justicia, termino esta entrega recordándoles que a Ernesto –Monchín- Pichardo la LIDOM lo suspendió de “por vida” en la década del 80 y durante su funeral de hace pocos años la misma LIDOM le hizo un homenaje de cuerpo presente.
La suspensión provino después que Monchín decidió despachar a todos los jugadores importados del Licey, en la época en que los importados eran “refuerzos”, jugando el resto de la temporada solo con criollos, incluyendo a José Rijo en ese entonces con 16 años de edad, en protesta por varias decisiones consecutivas de la LIDOM desfavorables para el Licey.
Loor por siempre a nuestro inolvidable Monchín, gran ejemplo de coherencia y de CONSISTENCIA, atributos de los que carecen muchos organismos de nuestro país, tanto dentro como fuera del beisbol.