Una verdadera joya el artículo de Bienvenido Rojas en su columna del día de hoy, 16 de enero 2013, en el periódico Diario Libre. Su título no puede ser mejor: “El Licey y el PRD: Lo mismito”.
Y es que la solución de los problemas del decadente “Glorioso” no está asociada con la existencia de “grupos”. Dentro del Licey, Miguel o Hipólito, Danilo o Leonel, PRD o PLD, no cambian absolutamente nada.
Como dijimos en nuestra esquinita del 26 de diciembre 2012, se trata de “reingeniería”, se trata de cambios profundos, se trata de un cambio de mentalidad, se trata de poner en práctica y ser coherentes con la realidad de que el Licey es un patrimonio nacional y no un entretenimiento de un grupo de familias.
Observen hasta donde debe llegar la reingeniería de la que hablo de manera reiterada. Ya estamos acostumbrados a que la madrina del Licey sea la hija, la nieta o la sobrinita de un directivo. Óiganme, y por qué? Particularmente pienso que la figura y la imagen y el trabajo de la madrina pueden ser un excelente canal para lograr identificación de la fanaticada y del país con el equipo. No se trata solamente de intercambiar ramos de flores dos o tres veces al año.
En lugar de señalarla de dedo o de que “el año que viene le toca a la tuya”, no sería mejor preparar un perfil que contenga rango de edades, formación académica, cualidades morales, estabilidad familiar y demás, preparar un programa de actividades y organizar un “casting” abierto a todas las aspirantes? Cuando lleguemos ahí habremos hecho “reingeniería” pues lo uno viene con lo otro.
Parece tonto pero no lo es. Se trata de un efecto o una manifestación de lo que debemos cambiar y resolver. Cuando la madrina del Licey sea una bella ”indiecita” dominicana de apellido Pérez o Rodríguez habremos dado un paso gigantesco.
En mayo hay elecciones en el Licey. Cambiar pura y simplemente a los que están por los que salieron no es la solución. Insisto en esto. Que los que están se queden haciendo lo mismo, tampoco lo es. Creo que en mayo, cuando conozcamos la estructuraciòn de la o de las planchas, sabremos si habrà razòn para tener esperanzas a partir de octubre.
Por mi parte, continuaré levantando la voz en este sentido mientras pueda y me dejen. Es mi manera de aportar. Mientras tanto, no asistiré a ninguna reunión de “grupos”. Ya me sorprendieron con una llamada invitándome a una reunión anoche mismo, la cual agradezco en fondo y forma, y no asistí.
Tampoco voy a delegar mi voto en nadie ni le voy a entregar un poder a nadie. Es mi manera de vender la triste realidad de que si no hacemos ahora lo que debemos hacer, dentro de unas cuantas décadas los 44 años que tienen las Estrellas Orientales sin ganar un campeonato habrán quedado atrás, pero en lugar de ser años verdes serán años azules. Lo dije.
mgilmejia@gilmesa.com