Emilio Bonifacio sigue siendo el primer bate del Licey. El grandeliga estuvo metido en una crisis de bateo, en donde estuvo hasta 23 turnos sin conectar de hit. El martes por la noche de re encontró, y volvió por sus fueros. Se embasó cuatro veces, dos por hits y dos por boletos.
“Quizá estaba tratando de hacer más swing de los normal”, dice el toletero. “Quizá eso me metió en un slump, pero dentro de todo, lo bueno era que no estaba haciendo swing a pitcheos malos. Estaba bateando defensivo, con pitcheos allí en la cuenta. Quizá un poco de ansiedad. Yo solo tengo que seguir embasándome, para que vengan los caballos a remolcar las carreras”.
Emilio comenzará la jornada del miércoles bateando .100. (30-3). Primer bate y jardinero central. Sin embargo, en unos partidos estuvo sentado. Eso sirvió para reencontrarse, y ver qué estaba haciendo bien. “Si ye digo que no me ayudó te diría mentiras”, confesó.
“Audo cuando habló conmigo me dijo que era lo mejor, que el lineup iba a cambiar. Yo soy un pelotero consciente. No había puesto los números. A mí lo que me interesa es el equipo, si ganamos es lo mejor que puede pasar”.
Una de las cosas del Licey es que tiene el destino en sus manos. “La cosa está buena”, explica. “Pero nosotros no estamos pendientes de eso sino en ganar el juego de hoy. Vamos juego a juego. Tenemos el material para ganar. No nos interesa para nada cuánto está el otro partido y en eso estamos enfocados. Tenemos el futuro en nuestras manos”.