GRANADA, Nicaragua.-Salve Chinandega campeón. La luna te acarició anoche y el sol te besó esta mañana, diría Rubén, nuestro gran poeta, de haber presenciado esta final, agregando: te circunda la luz y el cielo te mima. Te lo merecías, pese a la resistencia espartana que presentó este Oriental levantándose de las cenizas.
Difícil victoria por 3-2 con el marcador inmovilizado durante las últimas seis entradas. El nerviosismo provocado por la inseguridad, reemplazó a la espectacularidad y mantuvo el interés hasta que Junior Guerra, un relevista tan firme como el acero de aquellos rieles sobre los que se deslizaban nuestros trenes lamentablemente perdidos, ponchó a Leivi Ventura, terminando con los cantos de vida y esperanza de la multitud.
Nunca pensamos que la ecuación del sexto juego se resolviera tan rápidamente, mucho menos, cuando vimos a los Tiburones responder casi de inmediato a la arremetida inicial de los Tigres, con dentellada por zarpazo.
Sin embargo, el pitcheo se apoderó del escenario y los bateadores, sobre todo en los momentos cumbres, desaparecían como lo hacía el fantasma de la ópera en París. Y así, navegando entre ceros, el 3-2 se fue agigantando entre ilusiones que se fortalecían y otras que se rompían.
El naufragio de la defensiva oriental en el primer inning, afectó a Diego Sandino. La no asistencia de Ofilio Castro sobre el hit dentro del cuadro de Vásquez fildeado por Sandor, el error de Renato perdiendo una bola que cayó desde las nubes detrás de él bateada por Allen, y el mal tiro a primera de Talavera buscando un doble play salvador, facilitaron la primera carrera de los Tigres, sin necesidad de un rugido. Se escuchó el rechinar de dientes de Diego.
Y en el segundo inning, el veterano tirador derecho pareció estar metido en un frontón con la pared devolviendo sus lanzamientos. Hit de Argeñal con un out, hit de Marín después de fallar Garth, hit impulsador de Moisés Flores y otro cohete remolcador de Vásquez, establecieron el 3-0 favorable al Chinandega, sacándolo de la trinchera y entrando Pérez Estrella.
Con ocho bateadas pendientes, los Tiburones tenían tiempo para contragolpear, y se apuraron fabricando dos carreras en el tercero, recortando una posibilidad más rentable al no saber proyectarse en las bases.
Hit de Santana con un out contra el abridor zurdo Mainor Mora, y dobles consecutivos de Yoldanis Pérez y Ofilio, apretaron la pizarra 3-2 metiendo el futuro del partido en una intriga tan grande, que Sherlock Holmes fue visto comprando un boleto mientras Jorge de Paula reemplazaba a Mora para sacar el tercer out.
¡Cómo fue posible que Ofilio no anotara con un hit de 400 pies conectado por Ventura! Ese fue, sin la menor duda, el momento clave del juego.
Pensar que el marcador no volvería a moverse, equivalía a desembocar en lo tonto, pero exactamente eso fue lo que ocurrió pese a varias amenazas, dos malogradas por el incansable Pérez Estrella, y otra por Candelario, aunque el mayor brillo, lo proporcionó el relevista tigre Junior Guerra, el Mas Valioso, lanzando cuatro entradas y dos tercios permitiendo solo un hit.
No un gran juego, pero si un juego tenso, con lo imprevisible atento, puñal en mano. Cayó el telón, pero las emociones siguen latiendo. Qué bueno eso.
Por Edgar Tijerino
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&;v=XIUzvCyKOUM#t=0s