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FORT MYERS, Florida.- Julio Alberto Borbón no se queda quieto ni un segundo.
Un momento, le da una palmadita al inicialista Wander Valdez en el hombro para hacerle una sugerencia mientras el dominicano de 22 años de edad vigila a un corredor en la almohadilla. Segundos después, Borbón le habla animadamente al corredor Mikey Pérez para instruirlo en cómo despegarse un paso extra de la base.
«[Borbón tiene] miles de ideas», dijo el presidente de operaciones de béisbol de los Mellizos, Derek Falvey. «Está en todos lados».
Ésa es la versión del ex ligamayorista (cinco temporadas con los Rangers, Cachorros y Orioles) que el director de ligas menores de Minnesota, Alex Hassan, recuerda del tiempo que ambos pasaron juntos en la Liga Dominicana de Béisbol con los Tigres del Licey durante invierno del 2013-14 – y esa familiaridad ayudó a Borbón a encontrar su nueva casa como coordinador asistente de desarrollo de jugadores con los Mellizos tras completar su más reciente contrato con la organización de los Yankees.
«Lo primero es que le gustaba trabajar bien duro», recuerda Hassan. «Siempre estaba trabajando en todas las facetas del juego, ya fuera en los jardines, en la defensa, en las bases, tratando de asimilar aspectos que lo ayudaran a robarse bases. Siempre estaba trabajando en su swing».
Esta temporada, Borbón saldrá de su casa en Nashville, Tennessee, (es un orgulloso Voluntario de Tennessee) y pasará tiempo en Fort Myers, Florida, y en la Academia de Béisbol en Boca Chica, República Dominicana, trabajando en el corrido de bases y en los fundamentos en defensa junto al excoach de bateo de los Mellizos, Edgar Varela. Ahí es donde se concentra la mayor parte de la experiencia de Borbón, tomando en cuenta que trabajó también en sucursales de niveles bajos en la organización de los Yankees.
A tres años de haberse retirado como jugador, y de registrar números de .273/.318/.347 con 219 hits y 47 bases robadas en las Mayores–y en una encrucijada en términos de su carrera con los Yankees–Borbón encontró una cultura de colaboración y familia en los Mellizos y en la cual encajó inmediatamente.
«A tres semanas de haber comenzado aquí, les dije a mis amigos y a mi familia, ‘Me encanta estar aquí’», confesó Borbón. «Creo que no sólo el hecho de tener voz y voto, sino también de que te sientes escuchado, es sorprendente. Creo que ver cómo la gente hace las cosas aquí – estar alrededor de personal como Derek Falvey, Thad Levine, Alex [Hassan] – es increíble. Realmente lo es. Es algo que no doy por sentado».
Cuando Borbón se entrevistó con Hassan durante la temporada muerta, después de que ambos se encontraron en un seminario de instrucción vía Zoom un año antes, los Mellizos inmediatamente detectaron muchas cualidades en él. Tomando en cuenta las desigualdades que existen entre las experiencias de seleccionar a jugadores estadounidenses en un Draft amateur y firmar a prospectos internacionales, es difícil encontrar a gente que esté familiarizada con ambos procesos. Borbón encaja bien en esa brecha.
Nacido en los Estados Unidos pero criado en la República Dominicana, Borbón tuvo la oportunidad de firmar como un prospecto internacional amateur, pero en cambio prefirió graduarse de la preparatoria y asistir a la Universidad de Tennessee, desde donde fue elegido con la 35ta selección general en el Draft del 2007. Tras llegar a Grandes Ligas, jugó en la Serie Mundial del 2010 con los Rangers, pero nunca pudo establecerse y tuvo una corta carrera en la Gran Carpa. Conoce bien toda la gama de éxitos y desafíos.
Pero el amor de Borbón por el juego permanece intacto. Y al mirar atrás, ya sea jugando por Tennessee o en su paso por las menores o MLB o en la Liga Mexicana de Béisbol, guarda muy bonitos recuerdos de su época como jugador – el compañerismo diario, los entrenamientos, el crecimiento progresivo – y mantener todo eso en perspectiva en una temporada que a menudo puede convertirse en un trajín u orientada a los objetivos hasta un extremo es algo que Borbón espera impartir a sus jugadores jóvenes.
«Entender a los muchachos y las posiciones en las que están hoy en día, me reflejo en muchos de ellos, ya sea si fuiste elegido del Draft como universitario o si firmaste como prospecto internacional», manifestó Borbón. «Es fácil identificarse, conectarse con ellos y entenderlos en muchos niveles diferentes».
También está la curiosidad natural, energía y crecimiento mental que te encuentras inmediatamente, especialmente en estos primeros años como coach. Desde que Paul Molitor llegó al campamento a principios de semana como instructor, Borbón ha sido la sombra del extimonel de los Mellizos, simplemente tratando de absorber el mayor conocimiento posible. (Tiene previsto pedirle un autógrafo a Molitor antes de que el Salón de la Fama se dirija al norte).
Y en ese molde, Falvey menciona que los Mellizos planean ampliar con el tiempo las habilidades de Borbón como coach y también trabajar con él para que se desarrolle personalmente. Borbón destaca que la gente con la que trabaja le ha dicho que eventualmente podría convertirse en un gran manager, o gerente general, o asumir varios puestos en la gerencia de un club, dada su mentalidad y habilidades que son tan valoradas en el béisbol actual.
Pero por ahora, esa clase de aspiraciones puede esperar mientras Borbón regresa a la vida del día a día en el terreno que tanto ama y que espera que los jóvenes jugadores amen también.
«Quiero disfrutar este viaje día a día, en lugar de enfocarme demasiado en lo que pueda venir», declaró Borbón. «No es que no tenga una meta en mente… pero creo que mucho de eso se dará naturalmente. Uno hace lo que tiene que hacer. Quiero poder crecer y ponerme en una posición en la que pueda ser un mejor instructor para la mayor cantidad de jugadores posible, darle a cada uno de esos muchachos la mejor oportunidad de llegar a Grandes Ligas».