Ulises Joaquín: Trabajo y dedicación en el béisbol

Por Zoribeth Martínez Lucero
TIERRA ALTA, Boca Chica (Licey.com),-El lanzador Ulises Joaquín, adquirido por los Tigres del Licey desde las Águilas Cibaeñas, siempre ha sido un jugador enérgico y alegre tanto dentro como fuera del terreno.
En este aspecto, tenemos palabras de Miguel Ángel Byrd, narrador de la cadena del equipo de béisbol mexicano de los Pericos de Puebla que expresa sobre Joaquín que “la llegada al equipo de Ulises significó un alivio para la directiva y un alivio también para los compañeros en el vestidor porque Ulises Joaquín hizo buen vestidor, buen compañerismo con todos los jugadores, algo que no pudieron lograr los otros cerradores que formaron parte del equipo antes que él.
Se convirtió en el mejor cerrador del equipo en el último mes de temporada. En conclusión, a nivel directivo una gran tranquilidad, que por fin encontraron su cerrador y a nivel con los compañeros significó algo grandísimo porque es un gran ser humano”, demostrando así el buen carácter del jugador tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Antes de ir a México, el “Peñón”, como también es conocido, vio acción en la Liga de Verano del Cibao con los Andulleros de Santiago donde ganó un partido, tuvo efectividad de 2.50, enfrentó 69 bateadores, trabajó 18.0 entradas, permitió 6 carreras, 5 limpias, 19 hits, un doble, un triple, un jonrón, una base por bolas y 10 ponches.
En México, con los Pericos de Puebla, su rol fue de cerrador donde lanzó 16.2 entradas, permitiendo 3 carreras, 2 limpias, le conectaron 7 hits, otorgó 5 bases por bolas, una intencional y ponchó a 20 bateadores. Tuvo una excelente efectividad de 1.08.
El atleta accedió a darnos una entrevista sobre su experiencia en el béisbol durante este año.
Estuviste jugando en la Liga de Verano del Cibao con los Andulleros de Santiago, ¿cómo fue tu experiencia como abridor allí?
“Muy bien porque ahí pude hacer unos cuantos ajustes que me ayudaron bastante con el control y a tener mejor localización de mis pitcheos como la recta y mis pitcheos rompientes”.
Luego fuiste llamado de México, por los Pericos de Puebla, desempeñando el rol de cerrador, ¿qué emociones se vivieron allá?
“Para mí fue algo muy especial porque, como sabes, estaba en mi casa sin trabajo y en esos mismos días me nace mi hija y a los dos días de nacida me llaman de allá para asumir ese rol. Me sentí bastante bien y fue una bendición de Dios porque, como te dije, mi hija acababa de nacer.
Por eso, cada momento que estaba en terreno de juego, lo dejaba todo ahí y creo que eso fue una mayor parte para lograr tener ese éxito allá y ellos confiar en mí”.
¿Cómo fue el trato hacia ti en México de parte de la directiva y de los fanáticos?
“Sabes, no puedo quejarme porque ellos me trataron muy bien y los fanáticos por igual. Si me preguntan que si quiero volver, no lo pienso dos veces. Me sentía como en casa. Con mis compañeros por igual, algo muy bien y agradecido”.
Muchos dudaban de ti, que no ibas a seguir jugando más, pero demostraste que queda mucho Peñón para rato, ¿eso te hizo seguir trabajando y madurar más?
“Jajaja, ¿sabes algo? Esa me gustó. Mira, un día me dijo alguien ´Peñón, yo estaba esperando que eso te pase para que tú abras los ojos´ y ahí me di cuenta a qué él se refería y abrí los ojos y dije ´waoo, Dios mío, tú me conoces, yo no soy de los que se rinden, yo tengo mucho que dar´ y viendo a mi hijo todos los días decirme ´papi, mira, que yo picho como tú´ y eso me hacía trabajar cada día más.
Yo no lo hice para callarle la boca a lo que hablaron que no tenía más, sino para enseñarle a mi familia y a mi hijo, que tanto me admira, de qué estoy hecho. Todos los días iba en la mañana y en la tarde al play para volver a ser yo, Ulises Joaquín, el Peñón. Por eso, hoy en día, solo sale reírme y darle gracias Dios por tenerme aquí nuevamente. Volvió el Peñón, que muchos querían.
Yo sí me sentía mal al saber que ya nadie confiaba en mí, pero lo importante es que Dios sí estaba ahí mirándome y viendo todo.  Estoy muy agradecido.”
Ahora vienes en invierno con un nuevo equipo, los Tigres del Licey, ¿cuáles son tus expectativas aquí?
“Primeramente, le doy las gracias a Dios por todo y al equipo de los Tigres del Licey por confiar en mí y darme la oportunidad de pertenecer a este quipo. Yo tengo que hacer lo que siempre hago: meter mano, dar lo mejor de mí dentro y fuera del terreno de juego para lograr el campeonato este año, con la ayuda de Dios”.
Un consejo para los chicos que se están formando en béisbol y se sienten desanimados.
“Solo tres cosas:
  1. No piensen en el qué dirán.
  2. Usted solo tiene que tener algo pendiente: su familia
  3. Trabajar fuerte, porque estar fuera del negocio no es nada fácil. El que decía que era tu amigo te traiciona y lo más importante: confiar en Dios y en ti que está todo”.
Así vemos que queda “Peñón” para rato y, con ese entusiasmo y alegría que lo caracteriza, podrá alcanzar todo lo que se proponga.

 

 

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