Por DiMaggio Abreu P
Prensa@licey.com
SANTO DOMINGO (Licey.com).- Welington Castillo luce un físico impresionante, bien tonificadas las partes visibles de su cuerpo. Es consecuencia de la preparación que realizó durante la temporada muerta, luego de ver limitada a 31 juegos su primera temporada con los Medias Blancas de Chicago, por una suspensión de 80 partidos por violar el código antidopaje de la MLB.
“Me siento muy bien físicamente, con motivo de la preparación física que hice en la temporada muerta y ese trabajo me dio buen resultado”, refiere desde el campo de entrenamientos en Glendale, Arizona, el receptor nativo de San Isidro, Santo Domingo Este, ahora con 31 años, presto para completar su segundo año de un acuerdo por dos a razón de 7,25 millones cada uno y una opción que tendrá el equipo del sur de Chicago por 8.0 millones para el 2020, que de no tomarlo, le dará descargo por 500,000 dólares.
“Si cantan playball hoy, creo que estaré bien físicamente para comenzar a jugar. Así me siente de bien”, le dijo en una conversación al periodista Yancen Pujols para su espacio “Círculo de Grandes Ligas” disponible en su canal de YouTube y que se transmite por el Canal 37 de CND, para Santo Domngo
Admite que casi no tomó vacaciones, pues se instaló en Tampa (Florida) el 20 de octubre, trabajando con un entrenador estadunidense que le dio atención personificada y solo viajaba por una semana a República Dominicana y volvía al condado del oeste floridiano.
Eso hizo tres veces, por cuanto, debió trabajar más de ocho semanas, que les habrían costado unos 20,000 dólares de pago al training que le atendió, a razón de 1,800 a 2,000 por semana, trabajo que también incluida orientaciones sobre nutrición y entrenamientos de bateo.
Insiste en que nunca antes se había sentido tan bien en instancias próximas al inicio de una campaña. Señala que el enfoque fue trabajar todo su cuerpo, no en pesas, más bien en flexibilidad, movilidad, fortalecimiento, con movimientos de la cadera, espaldas alta y baja, hombros.
“Si nuestro cuerpo no está saludable, no podemos jugar al máximo en el terreno; eso no te va a garantizar que tengas un tremando año, numéricamente hablando ni nada de eso, porque cuando jugamos estamos propensos a lesiones y cosas que no controlamos, porque en el cuerpo es la mejor inversión que un atleta puede hacer”, externa Welington al hacer alusión a la inversión que hizo en la temporada muerta que le ha permitido estar en tan buenas condiciones.
El aspecto nutricional consistió en el aumentar “un poquito” los carbohidratos para aumentar la energía, en razón de que entrenaba hasta dos veces por día, para no aumentar de peso. “La masa muscular mía aumentó, pero la grasa bajó, que era lo que buscaba”, asegura.
En cuanto al equipo, Castillo piensa que White Sox tiene el talento para ganar la División Central de la Liga Americana, son las expectativas que todos tienen, y confía en el talento con que cuenta el conjunto.
“Si nos ponemos y nos unimos, creo que lo podemos lograr”, afirma el receptor dominicano. Habla de la presencia en el equipo de lanzadores del calibre de los veteranos criollos Ervin Santana e Iván Nova; los jóvenes Reynaldo López, que calificó de “buenísimo” y Carlos Rodón. “Tenemos todo para ganar”, afirma.
En cuando a sus expectativas, señala que sigue con la misma hambre de jugar y poner sus numeritos, que solo le pide a Dios salud y si puede estar saludable, sus numeritos estarán ahí para el final de campaña.
En ese sentido, dice que por cómo se siente, puede superar su máximo de 20 cuadrangulares que conectó en 2017 con los Orioles de Baltimore, que nunca ha dudado de sus habilidades y simplemente va a jugar.
Refiere que nunca se fina metas, por ejemplo, de dar 20 ó 30 cuadrangulares, que va se entrega al juego a dar el cien por ciento de sí y que confía en que puede dar 20 jonrones.
Dijo entender que todavía no ha dado lo mejor de sí en Grandes Ligas, que a sus 31 años (cumplirá 32 el 24 de abril), sigue madurando, aprendiendo y cree que año tras año puede aprender y dar más de sí, que su potencial sigue escalando, mejorando y estima que puede dar más.
Respecto el aspecto defensivo, Welington Castillo explica que lo esencial por lo que hoy en día se evalúa un receptor es el llamado “framing”, no el bloquear la pelota. Detalla ahora se evalúa, lo que en Dominicana llaman el “mascoteo”, es decir, esos pitcheos cerca de la zona de strikes, que son ‘bolas malas’, pero con el rejuego del receptor, intentar engañar al árbitro, para que lo cante como bueno.
Indica que ese aspecto fue en el que ha enfocado su preparación, porque el bloqueo le resulta fácil, así como el tirar a las bases, aunque esto último depende mucho del tiempo que le roben al lanzador.
“El ‘framing’ para mí ahora es algo esencial”, señala Welington, quien asegura que en los últimos años estuvo entre los primeros de las Mayores en ese aspecto, que ha compartido ideas con otros máscaras que han estado en ese grupo, como el cubano Yazmani Grandal, el venezolano Francisco Cervelli y el puertorriqueño Martín Maldonado.
Asegura que ellos trabajan con un joven coach de receptores, que viene de la escuela del boricua José Molina, con quien Welington aseguró que fue en 2017 a Puerto Rico, a trabajar con “Cheo”, el mayor de los Molina.
Añade que eso es lo que está vendiendo ahora, que el cátcher que no sabe ‘framiar’, hasta lo sacan de las Mayores y trabajar en eso, es lo que la organización de White Sox quiere que haga empeño.
De acuerdo a Castillo, los especialistas consideran, que si un receptor logra convertir en strikes 20 pitcheos malos por juego, el lanzador tiene más probabilidades de ganar. “¿Por qué no hacerlo, si te quieres mantener en este negocio?”, concede el máscara quisqueyano.
Entiende que para ejecutar el “framing”, depende en un 50-50 por ciento del pitcher al que le recibe, que éste pueda poner el pitcheo en la zona, de lo contrario, no importa el ángulo que tenga el receptor.
Indica que eso se mide, no solo con los pitcheos fuera de la zona de strike, sino a ambos lados, arriba y abajo. Es por eso, explica, que en televisión marcan un cuadro sobre el plato para indicar la zona buena para los pitcheos.