GLENDALE, Arizona. — Esta es una historia sobre el dominicano Pedro Báez.
No abucheen, por favor.
Ya escuchó suficientes silbidos de los fanáticos de los Dodgers cada vez que lo llamaban del bullpen, y aún más cuando lo sacaban de juegos durante un lapso en septiembre en el que su efectividad subió de 1.79 a 2.95.
Fue dejado fuera del roster de postemporada tras perder el trabajo de preparador ante Brandon Morrow, que aprovechó la oportunidad para recibir un contrato de US$21 millones de los Cachorros. Mientras tanto, el lanzallamas Báez está de vuelta. Y su confianza también, asegura, lo que no es poca cosa cuando te convertiste en el chivo expiatorio del pueblo.
“Yo creo en mí”, dijo Báez, que cumplirá 30 años el mes que viene. “Me siento al 100%. Estoy seguro de que puedo ayudar y tener una buena temporada”.
Charlie Hough recuerda cómo se sintió cuando los tradicionalmente tranquilos aficionados de los Dodgers la tomaron con él. Básicamente salió a abucheos de los Dodgers en 1990 en un cambio a Texas, donde revivió su carrera como nudillista lanzando otras 14 temporadas en las Grandes Ligas.
“Uno simplemente tiene que seguir adelante”, dijo Hough, asesor especial del club. “Es duro cuando pasa eso. Lo odias. Y no necesariamente estás culpando a la gente en esos momentos en los que no lanzas bien. Pero tienes que superarlo”.
“Tienes que entender que la gente quiere que el equipo gane. Y no puedes tratar de ponchar a los fanáticos, ¿me explico? Tienes que mantenerte concentrado en el equipo contra el cual estás jugando. Y eso es difícil de hacer. Yo lo sé, pasé por eso. Pero si empiezas a sacar out la gente se va a poner de tu parte”.
El manager de los Dodgers, Dave Roberts, dijo que su prioridad es que Báez recupere la confianza.
“Obviamente él fue una gran parte de lo que hicimos toda la temporada”, dijo Roberts. “Yo sé que estaba decepcionado por no haber estado en el roster de la postemporada, y con razón. En cuanto a la recepción de los fanáticos, él sólo conoce a esta organización. Le preocupan este equipo y sus fanáticos. Escuchar la forma en la que lo recibían, yo sé que a mí me pegó. Espero que eso no tenga efectos secundarios negativos”.
Los seguidores de los Dodgers rara vez la toman con sus peloteros, pero ha habido notables excepciones. Steve Sax lo vivió cuando empezó a tener problemas con sus tiros. A Mike Piazza le pasó durante las discusiones de su contrato. Andruw Jones se presentó una vez fuera de forma y luego dijo que no le importaba lo que dijeran los aficionados, pero igual se lo dejaron saber.
Báez dijo que está listo para ganarse el apoyo de la gente, al igual que un puesto importante dentro del bullpen.
“Trabajé la parte física y mental durante el invierno allá en la academia en República Dominicana”, dijo. “Fallé muchísimos pitcheos el año pasado y perdí en el enfoque, eso fue gran parte de lo que me sucedió”.
Báez dijo que haber sido dejado fuera del roster de los playoffs le sirvió como motivación para tratar de recuperarse.
“No quiero estar más nunca en esa situación”, dijo Báez. “Yo siento que podía ayudar, pero fue la decisión que se tomó y la tengo que respetar. Uno tiene que seguir trabajando y evitar que vuelva a pasar”.