Retornar a la Serie del Caribe ha sido un reclamo casi unánime de entrenadores, peloteros y fanáticos.
En Cuba es un secreto a voces. Pero desear dista de obtener y esa aspiración ha chocado contra la indiferencia y el pensamiento arcaico de los directivos de la Comisión Nacional de Béisbol (CNB), el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y por supuesto, de los máximos responsables: las autoridades de la nación.
Ahora que resurge, fuera de las fronteras de la mayor de las Antillas, el debate sobre el regreso a la añeja competición, las palabras del máximo jonronero (487) en Series Nacionales, Orestes Kindelán, a un medio de prensa cubano revelan cuál podría ser el desenlace de esta gestión: “llevan años invitándonos y nunca participamos. En mi época también lo hicieron varias veces.”
Después de la presencia de Cuba en el I Clásico Mundial (2006), contienda en la que intervinieron varias de las principales figuras de las Grandes Ligas, supuestamente desaparecían las justificaciones para no jugar en eventos auspiciados por las Mayores.
En apariencia se abrirían las puertas hacia el torneo que reúne a los titulares de las cuatro ligas invernales más relevantes de la región: República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México. No fue así.
Las suposiciones se basaron en el cambio de contexto y en que el certamen caribeño es el espacio natural para crecer cualitativamente y enfrentar mejor preparados los siguentes Clásicos Mundiales.
“Hay excelente nivel. Técnicamente sería muy provechoso participar, al tener la oportunidad de confrontar adversarios experimentados. Hoy día el béisbol es rentado y jugamos contra profesionales, de ahí que requerimos topar con ellos”, dijo el avezado entrenador pinareño José Manuel Cortina, uno de los gestores principales del mítico cuerpo de lanzadores de Pinar del Río que incluía a Rogelio García, Julio Romero, Jesús Guerra, Félix Pino y Juan Carlo Oliva.
Otros “pesos pesados” del mundillo beisbolero coincidieron y declararon públicamente la necesidad de reinsertarse en la justa anual, que paradójicamente se inauguró en 1949 en el habanero Grand Stadium del Cerro (hoy Latinoamericano).
Víctor Mesa, mentor de Matanzas y para muchos uno de los mejores jugadores en los últimos 50 años, dejó caer un dardo al pedir que se debía participar en la Serie del Caribe y “en todo” porque “brinda la posibilidad de continuar elevando el techo de la pelota cubana y porque el pueblo estará feliz de ver a los muchachos batirse contra los mejores del mundo.”
“Ojalá Cuba pueda insertarse. Importantes peloteros participan en ese torneo. Lo juegan porque saben que tiene calidad y les ayuda para la pretemporada de las Mayores. Así pueden llegar en mejores condiciones que aquellos que prefieren descansar”, dijo hace unos meses Pedro Luis Lazo, el máximo ganador de juegos en Series Nacionales (257 victorias y 136 derrotas).
Pero del dicho al hecho hay un larguísimo trecho. Y la respuesta a esos íconos y a los fanáticos… bien, gracias. Esos acontecimientos hacen dudar de que llegue a feliz término las promocionadas gestiones que realizará en este mes la Confederación de Béisbol del Caribe.
Verdadera lástima porque Cuba podría ser el ingrediente que devuelva sabor a la desabrida Serie del Caribe. Al menos eso dejó entrever Omar Canizales, presidente de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), que anunció hace semanas que los países que forman la organización de la Serie del Caribe buscarán el reingreso de los cubanos.
“Como resultado de la asamblea que tuvimos en Santo Domingo, hemos decidido ponernos en acción y en marzo nos reuniremos con representantes del Gobierno de Cuba para gestionar el regreso de su equipo a la Serie del Caribe”, apuntó el directivo.
“Cuba sería una gran adición para la Serie del Caribe y aunque no pertenece a la confederación, estaría como país invitado además se sumaría otro país afiliado, como sexto invitado. Definitivamente, el torneo debe evolucionar, cambiar el formato y la LMP apoya esta evolución”, destacó.
Puedo equivocarme y parecer pesimista, pero si los criterios de figuras como Kindelán, Víctor Mesa, Cortina, Pedro Luis Lazo -por solo citar unos pocos- y los hinchas pasaron desapercibidos, que podrá esperarse de la gestión de Canizales, al cual le deseo suerte. No para su beneficio y de la Serie, sino para la alegría y desarrollo de la pelota cubana.
Por Perez Delave
El Nuevo Herald