Si alguna vez hubo fricciones entre José Reyes y Hanley Ramírez por la disputa del campocorto de los Marlins de Miami, el jueves no hubo ningún asomo de ellas.
Reyes llegó por primera vez al complejo de entrenamientos de los peces, el Roger Dean Stadium, y fue recibido con una sonrisa y los brazos abiertos por Ramírez, en una bulliciosa fiesta dominicana a la que también se sumó Emilio Bonifacio, creando un pequeño revuelo dentro del clubhouse marino.
Y los peces esperan que este torbellino quisqueyano también se traduzca en el terreno, frente a los pitchers contrarios, especialmente dada la capacidad ofensiva y la velocidad de los tres.
“Va a ser divertido, vamos a poner mucha presión en los otros equipos, conmigo, Boni y además de lo que es capaz Hanley”, señaló Reyes, quien llegó al club luego de firmar un convenio de $106 millones por seis temporadas.
Su firma impulsó el cambio de posición hacia la antesala de Ramírez, quien al principio no se acogió a la idea de mudarse, lo que creó una pequeña tormenta en el receso de campaña de los peces, y una potencial discordia en la amistad de ambos peloteros.
Pero Reyes echó por tierra esta teoría.
“Cuando Hanley y yo hablamos, no mencionamos esa situación”, especificó. “Hablamos de otras cosas. Sé que él está feliz. Lo vi en República Dominicana y también la semana pasada [en Miami]. Hablamos mucho. Estamos bien, no tenemos ningún problema”.
Para Reyes, Ramírez tiene las condiciones para brillar con la con la misma refulgencia que lo hizo en las paradas cortas.
“No hay duda que puede ser un buen tercera base. Tiene muchas herramientas, sólo necesita seguir trabajando duro”, aseveró. “En todo caso, en lo que pueda ayudarle lo haré, porque lo importante es contribuir como equipo”.
Reyes llega a Miami no sólo con la corona de bateo de la Liga Nacional en sus alforjas, también trae el liderato de triples, cuatro invitaciones al Juego de las Estrellas y una contagiosa energía dentro de un equipo, que tras culminar en el último lugar de su división en el 2011, llega al 2012 con grandes expectativas.
“Estoy feliz de estar acá. Tengo un gran deseo por ir al terreno y empezar a trabajar. Estoy muy emocionado de comenzar en esta nueva etapa, con compañeros nuevos”, sostuvo.
De Reyes nunca ha habido dudas acerca de sus condiciones y del talento natural que posee. Con apenas 28 años, el toletero ambidextro, es el líder histórico de los Mets de Nueva York en carreras anotadas, triples y bases robadas. El único asterisco en su trayectoria profesional han sido las lesiones.
Para el 2012 espera que este obstáculo desaparezca para siempre de su vida.
“Tuve una rutina de preparación básicamente similar en el receso de campaña, pero añadí dos o tres ejercicios diferentes para fortalecer el tendón de la corva, que me dio problemas el año pasado. Ahora me siento al cien por ciento”, señaló.
Con los Mets llegó sólo una vez a la postemporada. En este 2012 espera aumentar su experiencia en ese sentido.
“Con este equipo, no tenemos ninguna duda en nuestra mente que vamos a competir. Esperamos ganar, es la única expectativa”, enfatizó.
Por Luis Enrique Rangel
El Nuevo Herald