SANTO DOMINGO (Licey.com).- En su tour de despedida de los terrenos de juego, el antesalista Aramis Ramírez tiene una parada reservada para el béisbol profesional otoño-invernal.
“Soy liceísta de sangre. Es algo que estoy pensando, me gustaría. Siempre he dicho que uno nunca puede decir nunca”, dijo Ramírez al ser entrevistado por Satosky Terrero para el periódico El Caribe en Peoria, Arizona.
Ramírez ha anunciado sus planes de dar por terminada su carrera en el béisbol de las Grandes Ligas tras cumplir su compromiso contractual con los Cerveceros de Milwaukee.
“Tengo un hijo que juega pelota y es liceísta, así que quiero que me vea jugar con la franela del Licey”, agrega el defensor de la tercera base que ha jugado además para los Piratas de Pittsburgh y Cachorros de Chicago en las Ligas Mayores.
Ramírez podría aprovechar esta última ocasión para decir adiós a sus fanáticos azules en la República Dominicana.
No hay vuelta atrás
Hace unos días Aramis Ramírez sorprendió diciendo que la próxima temporada será su última en las Grandes Ligas. Ramírez luce decidido a decir adiós al deporte al que ha dedicado más de veinte años de su vida.
“Ya no hay vuelta atrás”, dijo el pelotero dominicano durante un aparte con elCaribe durante los entrenamientos de los Cerveceros de Milwaukee en Arizona. “Ya los coaches, los jugadores, los muchachos, lo saben. Es tiempo de dedicarse por completo a la familia”.
Ramírez cumplirá 37 años en junio próximo y fue firmado cuando tenía 16 años, razón por la que siempre ha usado el número 16 en las camisetas de los tres equipos con los que ha militado: Piratas de Pittsburgh, Cachorros de Chicago y con los Cerveceros ahora.
Aramis entra a su temporada 18 con unos números que hacen pensar a muchos en una oportunidad genuina de poder ser escogido al Salón de la Fama de Cooperstown. Él, sin embargo, no ha pensado mucho en esa posibilidad, pero tiene amistades que diariamente se lo recuerdan.
Sabe, y así se lo han hecho saber coaches, jugadores y hombres de béisbol, que con un pequeño extra de una o dos temporadas más pudiese tener mayores oportunidades de conseguir un nicho en el templo de los inmortales, pero definitivamente no está en eso. “No pienso en eso en realidad”, apuntó.
“Gracias a Dios he tenido una carrera bonita y creo que es suficiente. Mi meta nunca fue jugar para los números, siempre quise jugar para ganar y para divertirme”.
Ramírez, nativo de Santo Domingo, considera que ya es justo que dedique más tiempo a su familia, que está por encima de todas las cosas en su vida en sentido general. “Ya es definitivo, me voy”, exclamó. “En estos días le estaba diciendo a mi hermana que tengo 20 años que no me paso una Semana Santana en República Dominicana, por ponerte un ejemplo, o el cumpleaños de ella.
Hay muchas cosas que uno se pierde, como el primer día de escuela de los hijos, tengo tres hijos”. Aramis, tres veces Todos Estrellas, es un pelotero de 285 de promedio, con 369 cuadrangulares, 1,342 remolcadas y 2,186 imparables. –