SANTO DOMINGO, República Dominicana (AP),- En su época de lanzador, Pedro Martínez detenía literalmente a la República Dominicana. Nadie quería perderse sus actuaciones en el béisbol de Grandes Ligas.
El sábado, Martínez volvió a detener a su país natal que se olvidó de todo para acompañarle a celebrar su elección al Salón de la Fama.
Con orquestas de merengue en una fiesta multitudinaria y fuegos pirotécnicos, el país recibió al retirado lanzador, su segundo pelotero encumbrado a Cooperstown.
Miles de personas festejaron con Martínez su llegada al país desde el aeropuerto internacional de Las Américas y hasta el malecón de Santo Domingo, donde el gobierno dominicano organizó una fiesta para recibir a su héroe.
«Pedro, Pedro, te queremos, Pedro, Pedro», gritaban hombres, mujeres y niños a lo largo de la carretera, mientras coreaban y bailaban merengues, salsas y dembow durante el paso de una caravana que de decenas de vehículos que precisó de dos horas para completar el trayecto de 30 kilómetros.
Sentado en el toldo de un vehículo todo terreno y ondeando banderas dominicanas, Martínez saludó a los cientos de personas que se apostaron a lo largo de la autopista para verlo pasar y fotografiarlo.
«Este es el mejor recibimiento que me podían dar. Agradezco a todo el pueblo dominicano que apoyó mi carrera y que ahora me da la mayor alegría que podía tener y era celebrar uno de mis triunfos en el país, algo que nunca había podido hacer. Esta (elección) al Salón de la Fama es de todo el pueblo, no es solo de Pedro Martínez», dijo el tres veces ganador del Cy Young a The Associated Press.
Martínez fue electo el pasado martes, al recibir un 91,1 por ciento de los votos de los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos.
«Esto es sólo el calentamiento», dijo Martínez ante cientos de personas en referencia a que espera que en el futuro cercano habrá más dominicanos en el Salón de la Fama.
En 18 temporadas en las mayores, Martínez tuvo marca de 219-10 y 2.93 de efectividad, con los Dodgers de Los Ángeles, Expos de Montreal, Medias Rojas de Boston, Mets de Nueva York y Filis de Filadelfia.
«El cambio a Montreal (tras la campaña de 1997) fue un punto de motivación en mi carrera. Recuerdo que lloré mucho cuando me enteré del cambio, pero mi hermano Ramón (pitcher con los Dodgers) me dijo que me fuera a trabajar y que me olvidara de todo lo demás, eso me obligó a trabajar más duro para demostrar lo que podía hacer», recordó Martínez.
Martínez subió al escenario instalado en una céntrica plaza pública del malecón, ataviado con una bandera dominicana y acompañado por los peloteros David Ortiz y Robinson Canó.
En la tarima, el reconocido merenguero Johnny Ventura interpretaba algunos éxitos e improvisaba letras de merengue para elogiar al lanzador que en 2004 contribuyó al triunfo de los Medias Rojas en la Serie Mundial, poniendo fin a un sequía de 86 años.
«Decían que (Martínez) era muy chiquito y esos sí que no saben nada; ahora Pedro está en Cooperstown», cantaba Johnny Ventura, coreado por las cientos de personas que esperaron más de cuatro horas bajo el intenso sol caribeño para ver a la estrella del béisbol, cuyo vuelo proveniente de Nueva York se había retrasado debido a las nevadas en esa ciudad.
Martínez es el segundo dominicano en recibir el reconocimiento, después de la exaltación del también lanzador Juan Marichal en 1983.
«Pedro es un orgullo y su elección nos sirve de motivación a los que venimos atrás para un día aspirar a lo mismo», señaló Canó.
Martínez habló en una rueda de prensa a su llegada al aeropuerto, donde fue recibido por su madre, Leopoldina Martínez, y las autoridades de turismo y del Comité Olímpico local.
«Me siento muy agradecida da Dios», dijo Leopoldina Martínez, al recordar que cuando su hijo tuvo una lesión en un hombro le decía: «Si tú no puedes, tú te aguantas, pero me sales limpio de ahí, y gracias al Señor mi hijo pudo pensar que el dinero no lo era todo, sino que pensó en él mismo y pensó en mí».
Martínez, de 43 años, aseguró que mantuvo una trayectoria limpia en Grandes Ligas, en una era en la que otras figuras se vieron involucradas en escándalos por consumo de esteroides y otras sustancias prohibidas.
Durante su encuentro con la prensa, Martínez confió en que su compatriota Vladimir Guerrero, quien militó con cuatro equipos como jardinero derecho en 16 temporadas, será el tercer dominicano en llegar al Salón de la Fama. También destacó que Marichal fue siempre «el faro que yo seguí» como guía y ejemplo.
La elección de Martínez, con el 91,1% de los votos en su primera nominación, generó júbilo en su país natal, donde las autoridades civiles expresaron alegría y el hashtag (hash)OrgulloDominicano se ha mantenido desde entonces como tendencia en la red social Twitter.
«Para todos los dominicanos, Pedro Martínez es un orgullo grande», dijo a The Associated Press Luis Acosta, una ama de casa de 64 años, quien viajo con su esposo de la ciudad de La Vega, 115 kilómetros al norte de la capital, para asistir a la plaza donde cientos de personas esperaban al ex pelotero.
Dave Hagman, un estadounidense jubilado de Minnesota que arribó el viernes para colaborar con una organización caritativa, aprovechó sus estancia en Santo Domingo para asistir con sus tres acompañantes a la fiesta de recibimiento.
Aunque Hagman es fanático de los Mellizos de Minnesota, pero indicó que «nos gusta como jugaba Martínez».
Francisco Javier García, ministro de Turismo y cuya institución organizó el recibimiento, consideró a Martínez «un gran símbolo nacional» y reconoció que la imagen del beisbolista también representa una oportunidad de promoción turística.
Por la noche, Martínez se trasladó a su natal Manoguayabo, al oeste de la capital, donde unas 10 orquestas tienen previsto participar en una fiesta al aire libre para recibirlo.
Martínez fue elegido junto a Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio. Lo cuatro serán exaltados el 26 de julio en una ceremonia en la localidad de Cooperstown, al norte del estado de Nueva York.
Por Dionisio Soldevila